viernes, 12 de agosto de 2011

Los Diablos Danzantes. Programa Nº 2. 03/07/2011

Los Diablos danzantes

            Cada Corpus Christi (9 jueves después del Jueves Santo)  se hace una danza ritual protagonizada por los llamados diablos danzantes en diferentes zonas del país, es llevada a cabo por las "Sociedades del Santísimo." Estos por promesas de diferentes índoles se atreven a vestirse del temido Lucifer vistiendo ropajes coloridos (Normalmente completamente de rojo),   y mascaras que los asemejan con este, todo ello con la firme intención de rendirse ante el santísimo sacramento, de esta forma los devotos del santísimo reafirman su condición de pertenecer al colectivo religioso. Siendo la más famosa de estas celebraciones la que se celebra en San Francisco de Yare, Estado Miranda
            Su origen se remonta al Siglo XVIII, siendo esta la hermandad más antigua del continente Americano. Tiene en nuestra tierra un significado religioso donde se reafirman las creencias religiosas y mágicas del dominio del bien sobre las fuerzas del mal, a través de diferentes rituales y fiestas se acentúa esta creencia religiosa, además estas celebraciones a nivel nacional se han convertido en una oportunidad para unificar lo espiritual con lo social a través de la festividad, formando una concordancia de creencias y cultos mágico-religiosos.
            Las danzas de los diablos representan un sincretismo religioso muy particular en esta tierra, existen diferentes grupos llamados "sociedades" ó "hermandades" que están constituidos en una jerarquía, los diablos deben pagar anualmente una cuota y pagar sus promesas rindiendo culto al Santísimo Sacramento.
La fraternidad de diablos esta dividida en un orden jerárquico, esta es definida por la cantidad de cachos: el primer capataz usa cuatro cachos; segundos y terceros capataces tres cachos; los arreadores también tres, pero más delgado el del medio; los asistentes de arreadores tienen el tercer cacho más pequeño.
            Los diablos antes de lanzarse a la danza se protegen contra las fuerzas del mal "cruzándose", llevan cruces, escapularios, rosarios y otros amuletos consigo y van rezando oraciones durante la festividad, la celebración incluye misa, construcción de altares y procesiones, como parte del ritual también van de visita a las casas de los miembros más importantes de las sociedades y los ya fallecidos. La celebración termina cuando al final de la tarde suenan las campanas de la iglesia y la hermandad se dispersa hasta el próximo año, cuando volverán a representar este rito donde el bien debe prevalecer sobre el mal.
            Los diablos se visten de pantalón y camisa y capa de colores vivos, las capas van de los hombros a las rodillas y llevan adheridas cascabeles y sonajeros. Las máscaras son de colores llamativos y apariencia feroz, de diferentes colores y se realizan de distintos materiales, varían también de acuerdo a la región que los identifica.

El traje lleva diferentes accesorios, identificamos en los disfraces
El Rabo:
Especie de cola que va adherida al pantalón y en la punta de la cola lleva una campanilla.
Los Cencerros:
Están constituidos por latas y campanas que cuelgan de una correa que se coloca alrededor de la cintura del diablo.
El Mandador:
Es un látigo que simboliza el poder que llevan los diablos en la mano izquierda y se utiliza para amedentrar a cualquiera que se interfiera por el camino del danzante.
La Maraca:
Que se lleva en la mano derecha marca el ritmo de la danza, que es acompañada con música instrumental y tiene carácter reiterativo.
            Los Diablos danzan al son del repique de la caja, un tambor típico. Bailan por las calles del pueblo para luego arrodillarse al unísono frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal de respeto al Santísimo mientras el sacerdote los bendice.
            La celebración termina cuando al final de la tarde suenan las campanas de la iglesia y la hermandad se dispersa hasta el próximo año, cuando volverán a representar este rito donde el bien debe prevalecer sobre el mal.
La Procesión
            En esta festividad folklórica se rinde devoción al Santo Patrono San Francisco de Padua, al Santísimo sacramento y a Jesucristo. La celebración comienza el miércoles con un velorio donde se cantan fulías, recitan décimas, rezan rosarios y salves hasta el amanecer. Al día siguiente -jueves de Corpus- los promeseros vestidos de diablos realizan danzas alrededor de la plaza y se ubican frente a la iglesia.
            Una vez finalizada la misa, la eucaristía es colocada a las puertas de la iglesia y es cuando se establece una especie de lucha entre los diablos y la custodia. Finalmente, los diablos se rinden ante el Santísimo y se arrodillan en señal de sumisión, de esta forma representan la victoria del bien sobre el mal. Los diablos recorren las calles, vestidos de rojo y con máscaras, bailando al ritmo de un corrío y ya cuando están ante el altar se rinden en señal de respeto, bailan a ritmo de bamba, que es un toque más reverencial.

            Primer capataz y segundo capataz: encabeza el grupo de diablos, en algunas poblaciones los cuentan varias veces antes de entregarlos al "perrero", personaje encargado de velar por su número, orden y evitar la interrupción de personas ajenas, apartándoles con gestos a veces cómicos, como rasgo de diferenciación de estos se puede señalar que el primero de estos, el Capataz, cuenta con cuatro cuernos, Maracas con forma de diablo en una mano y látigo en la otra; a diferencia del segundo y tercer Capataz que solamente posee tres cachos en su mascara.
            Diablos: representan el cuerpo de baile subordinado a las ordenes de los capataces, estos se caracterizan y diferencian por solo contar con dos cuernos en su mascara.

Participación de la mujer en la Diablada
            Sólo los hombres pueden ser diablos, visten de alpargatas, pantalones y camisas completamente rojas, llevan palmas benditas y rosarios. Las mujeres visten de faldas rojas y camisas blancas, no llevan máscaras.
            La mujer oye la misa como lo hacen los Diablos, además va a todos los sitios con ellos, se encarga de darles agua, comida, cuidar a los niños y no bailan por las calles con máscaras sino en una casa donde piden prestada una máscara y bailan al frente del altar por una promesa. Todas las promeseras visten faldas rojas y cotas blancas. En la cabeza llevan un pañuelo rojo o blanco.
            Existe la Diabla Mayor, que es la primera capataz, la máxima autoridad en cuanto a las mujeres, viste totalmente de rojo y sin máscara. Luego las asistentes y arreadoras, que se encargan de recoger a los rezagados.

Música, Danza y Drama Utilizados Durante el Ritual
            "La danza se acompaña con el ritmo de la maraca y el movimiento de las campanas, el cencerro y las sonajas que se llevan en la cintura."
            La música que acompaña la celebración de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, es de tipo instrumental. Las diferentes fórmulas rítmicas están ligadas estrechamente a la secuencia de actos y figuras representados a lo largo del ceremonial.
            En cada una de las localidades tiene rasgos particulares en cuanto al uso de los instrumentos musicales y a los llamados toques o repiques instrumentales. Aún cuando poseen variadas designaciones y características, pudieran identificarse así: fórmulas de llamada, para la convocatoria; para las diferentes etapas de la ofrenda o rinde; las fórmulas que sirven de enlace, e indican el paso a otra etapa del ritual; y también para la diversión, que se efectúan por petición y debe ser remunerada. Este tipo de música, exclusivo de la celebración, sólo se realiza el jueves de Corpus y en la Octavita.
            Los instrumentos empleados son: el tambor o "caja", que se ejecuta como redoblante a la usanza tradicional (La caja o Redoblante es un tambor, usualmente de poca altura, con hebras llamadas bordones dispuestas diametralmente en la membrana inferior, las cuales le proporcionan su característico timbre más estridente y metálico que el del tambor común). Este instrumento, en Naiguatá, estado Vargas, es un tambor de barril, llamado "pipa"; en San Francisco de Yare, Chuao y San Rafael de Orituco es un membranófono de doble parche, tipo granadero.
            El cuatro, instrumento de amplia difusión en Venezuela es utilizado por los danzantes en Cata, Cuyagua, Ocumare de la Costa, Turiamo, Patanemo y San Millán. Vale destacar que en Patanemo se practica la inversión o cruzado de las cuerdas, para conjurar las malas influencias. En Chuao y San Rafael de Orituco se emplean separadamente tanto el cuatro como el tambor.
            La maraca es un idiófono de sacudimiento utilizado por las etnias indígenas históricas y actuales, se ejecuta en la mayoría de las celebraciones rituales populares venezolanas, en la mano derecha del mismo modo en que ha sido empleada secularmente por la población indígena en sus actos ceremoniales.
            Un conjunto de cencerros, campanas y cascabeles atados a un cordel colocado en la cintura, ofrece un sonido abarcante que identifica al grupo de danzantes. El sacudimiento y entrechoque se acentúa con el desplazamiento y los constantes giros y saltos de la danza. Todos estos instrumentos, de diversa procedencia, se han integrado históricamente en la ceremonia.

Coreografía Típica y Danza
            Ante el toque de llamada, se produce la impactante llegada de los diablos a las puertas del templo; allí se da comienzo a una serie de actuaciones que abarcan iniciación, pago individual de promesas y ofrendas. El grupo seguirá atento y disciplinado al desarrollo de la misa en el interior del templo y dará dramáticas demostraciones de humillación.
            Puede señalarse como rasgo general la condición libre de la danza; sin embargo durante el ritual de la misa se atiende a una coreografía de formaciones en cruz y en doble hilera que se entrecruza, desplazamientos en espiral, en figura de ocho, en círculo con uno o más danzantes en medio. También la danza en retroceso, propia de los momentos en que se retiran o están ante algún símbolo religioso. Desplazamientos rítmicos hacia adelante y atrás, acostados sobre el piso, de rodillas, que pueden estar acompañados por silenciosas oraciones o aterradores quejidos y gritos como en San Francisco de Yare, donde al igual que en Naiguatá, la danza es libre y tumultosa.
            Es típico el paso cruzado. Cada danzante realiza con su pie sobre el piso el símbolo de la cruz, giros, medias vueltas, saltos variados, algunos apoyados sobre los brazos, elevando alternativa y rápidamente las piernas; también se llevan a cabo giros, con los brazos desplegando la máscara como si la dotaran de vida, o bien dejándola caer en señal de derrota.
            En los saltos, por lo común, se sacude con vigor la maraca y emiten su sonido las sonajas atadas a la cintura, se despliega la capa o el lienzo al que va unido la máscara.
            En Yare, son propios los llamados pasos del escobillao y el cuatro, que se ejecuta con una pierna cruzada a la altura de la rodilla opuesta, dando elásticos saltos y movimientos convulsos del cuerpo. En todos los lugares puede apreciarse que en algún momento de la danza los participantes actúan libremente como si estuviesen poseídos por una fuerza sobrehumana, para luego caer en una especie de letargo.
            En Chuao, los danzantes se presentan en grupos llamados regiones o legiones, pero su actuación es conjunta. Cada uno lleva en su mano izquierda un látigo de vara larga que al apoyarla sobre el piso subrayan determinados momentos del ritual.
            Todo transcurre bajo la mirada vigilante del perrero, a veces ayudado en esta dura tarea por una mujer, que atiende las necesidades de los danzantes, o corrige si algún elemento de la indumentaria se encuentra fuera de su sitio.
            Los momentos de enlace que indican el inicio de una nueva etapa del ritual; así como algunos toques, son aprovechados para recuperar fuerzas durante la agotadora jornada.

Diablos danzantes más importantes de Venezuela:
Diablos de Yare:
            San Francisco de Paula de Yare es la capital del municipio Simón Bolívar del Estado Miranda. Está situado en el Valle del Tuy Medio, a unos 70 kilómetros al sur de Caracas.
            Son los más famosos, se identifican por vestirse totalmente de rojo y cargarse de reliquias que los protegen del maligno, entre ellas cruces de palma bendita y un rosario colgado al cuello. Presentan diferentes mascaras según la jerarquía, con cuatro o tres cachos según sea el nivel jerárquico.
Diablos de Naiguatá:
            Los Diablos de Naiguatá, danzan en esa zona del Estado Vargas, se identifican por pintar sus propios trajes, usan pantalón y una camisa blanca, pintadas con cruces, rayas y círculos, figuras que impiden que el maligno los domine. Las mascaras son en su gran mayoría animales marinos. Llevan escapularios cruzados, llevan cruces de palma bendita y crucifijos. No llevan ni capa ni mandador.
Diablos de Chuao:
            Se identifican por portar mascaras de colores negro, rojo y blanco adornadas con oropeles y cintas tricolor, visten un pantalón estampado, la maraca, el mandador y la reliquia. Las mascaras de los capitanes son negras y tienen barbas.

Lo Religioso. Corpus Christi
            Corpus Christi (en latín, "Cuerpo de Cristo") o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (antes llamada Corpus Domini ("Cuerpo del Señor"), es una fiesta de la Iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía.
            Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. La celebración se lleva a cabo el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Resurrección (es decir, 60 días después del Domingo de Resurrección; formalmente es el jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte), aunque donde no es precepto (Mandato de la Iglesia), se traslada al domingo siguiente.
            Esta fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea celebrar una festividad en honor del cuerpo y la sangre de Cristo presente en la Eucaristía, siendo Santo Tomás de Aquino el encargado de difundirla con su obra Oficio y Misa del Corpus, además de componer himnos eucarísticos, como el Pange Lingua.
            En el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la localidad de Bolsena, (Italia), al romper la hostia consagrada, brotó sangre. Este hecho milagroso, muy difundido y celebrado, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc mundo.
            En el concilio del Vienne de 1311, Clemente V dará las normas para regular el cortejo procesional en el interior de los templos, e incluso indicará el lugar que debieran ocupar las autoridades que quisieran añadirse al desfile.
            En el año 1316, Juan XXII introduce la Octava y exposición del Santísimo Sacramento. Pero el gran espaldarazo vendrá dado por el papa Nicolás V, cuando en la festividad del Corpus Christi del año 1447, sale procesionalmente con la Hostia Santa por las calles de Roma.
            En muchos lugares es una fiesta de especial relevancia y en varios países es un día festivo oficial (ciertas partes de España, Austria, partes de Alemania, Hungría y Suiza, Brasil, República Dominicana, Bolivia, Colombia, Croacia, Polonia, Trinidad y Tobago, Portugal, Perú, Venezuela y Ecuador).
            Las celebraciones del Corpus suelen incluir una procesión en la que el mismo Cuerpo de Cristo, se exhibe en una custodia.
            Dicho popular: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión.

Referencias


No hay comentarios:

Publicar un comentario