sábado, 20 de agosto de 2011

La Danza de la Yonna, Danza Wayuu. Programa Nº 8. 24/08/2011


Los wayúu o guajiros (del arahuaco guajiro, señor, hombre poderoso) son aborígenes de la península de la Guajira, sobre el mar Caribe, que habita territorios de Colombia y Venezuela, sin tener en cuenta las fronteras entre estos dos países sudamericanos.
Ocupan un territorio 15.300 km2 dentro del departamento colombiano de la Guajira, Colombia, y 12.000 km2 dentro del estado de Zulia, Venezuela.
Población
Los wayúu son el pueblo indígena más numeroso de Venezuela y de Colombia; representan cerca del 8% de la población del estado Zulia y cerca del 45% de la del departamento de La Guajira y sobrepasan las 500.000 personas.
Historia
El pueblo wayúu es uno de los pueblos arawak que, como una gran corriente migratoria, se desplazaron tanto por la Amazonía, como hacia las Antillas, a donde llegaron hacia el 150 a. C.
Hacían parte de sus costumbres ancestrales, la caza, pesca y recolección, así como la horticultura, donde ella era posible, al sur de la península o en otros lugares con un ambiente menos desértico que el actual. La vivienda era comunal, en forma de maloca.
Aunque el contacto con los conquistadores europeos data del siglo XVI, los wayúu no fueron conquistados sino hasta muy tardíamente, después de la independencia de Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto la resistencia indígena, como las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los wayúu.
La intervención europea supuso sin embargo la pérdida de tierras agrícolas y áreas de caza, que los wayúu compensaron con el pastoreo de especies introducidas, especialmente las cabras y, en menor medida, bovinos. Conflictos frecuentes ocurrieron por la política de los europeos de controlar la pesca de perlas. Luego, aprovechando los enfrentamientos entre españoles, holandeses e ingleses, fueron capaces de desarrollar una actividad comercial intensa, que ampliaron durante el período republicano.
A pesar de la expansión de las dos Repúblicas sobre su territorio, los wayúu mantuvieron una amplia autonomía extralegal que sólo recientemente han reconocido consitucionalemente ambos estados y que se caracteriza por la aplicación del derecho propio en todo el territorio propio.
Economía
Familia wayúu en el desierto de la Guajira, subsisten con la venta de artículos artesanales y el pastoreo de caprinos. Entre los wayúu el ganado es la principal riqueza y además el principal motivo de prestigio. Aunque se comercia con él, se intercambia de modo no comercial: para sellar una alianza matrimonial, como derecho sobre una descendencia o para compensar daños o delitos, solucionar conflictos y establecer la paz. Además, el pastor asocia su ganado a los rituales que marcan su ciclo vital. Donde es posible, tiene una pequeña huerta llamada apain, donde siembran maíz, fríjol, yuca, pepino, ahuyama, melón y sandía, sin que puedan rotar ni variar de cultivos, debido al clima.
La economía es mixta pues se requiere también de otro tipo de actividades económicas como la pesca, el comercio, la producción textil tradicional, la cerámica y el trabajo asalariado en haciendas, en las minas de carbón de El Cerrejón, en manos de la Exxon y la Glencor, en las explotaciones de talco y dividivi y también cuenta con la cooperativa ayatawacoop donde es un programa indígena, la comercializacion de combustibles y derivados del petróleo donde son aproximadamente 1200 asociados a la cooperativa y el 80% son indigenass o en el sector de servicios.
La explotación de la sal marina en Manaure era realizada desde antes de la llegada de los europeos. Primero la Corona española y luego el estado colombiano explotaron las salinas y varios wayúu se hicieron asalariados, aunque otros mantuvieron explotaciones artesanales. En 2005, después de una larga lucha, transitoriamente la explotación de la sal estuvo de nuevo en manos de los indígenas, pero una sentencia los ha despojado nuevamente.
Organización y cultura
Sociedad organizada en clanes eiruku. Entre el pueblo wayúu existe todavía la autoridad tradicional y un sistema autóctono de la administración de la justicia en la cual se destaca el pütchipü o pütche'ejachi, es decir, el portador de la palabra o "palabrero", quien resuelve los conflictos entre los diferentes clanes. En lo que se refiere a la familia extensa matrilineal "según la sangre" o apüshi, el alaula tío materno mayor es quien ejerce la autoridad. Los parientes por línea paterna, "según la sangre", se reconocen como oupayu, aliados con quienes se espera solidaridad yana'ma' o trabajo conjunto.
El hombre puede tener varias mujeres. Antes del matrimonio el novio debe llegar a un acuerdo con los padres de la novia en una reunión denominada ápajá y entregar a ellos la cantidad de ganado y joyas que acuerden. La mujer permanece en el hogar y es símbolo de respeto y unidad. Habitan en rancherías (piichipala o miichipala), pequeñas comunidades distantes unas de otras, conformadas por agrupaciones de parientes cercanas al clan. El pastoreo es la actividad más importante. El número de cabras, reses, caballos y mulas son el símbolo de riqueza y poderío. El tejido es una labor que combinan con las demás actividades cotidianas, en los ratos libres, en las visitas y cuando van de viaje.
Un personaje de gran importancia en cada comunidad es el piachi', quien ha adquirido poder espiritual mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante sueños o trances que se interpretan como la incorporación de un espíritu protector Seyuu, por lo que es llamado para curar. Los espíritus se comunican con los humanos vivos en los sueños. Maleiea es el creador; Pulowi mujer primigenia; Juyá la lluvia; Shanceta, Acaracuy y Kéerraria espíritus de lugares especiales; Yoruja los espíritus errantes de muertos. El wayúu cree que tras la muerte va a Jepirá, el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa hasta que tras el segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio definitivo, el espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.
Los conocimientos retenidos en la memoria han pasado de una generación a otra para plasmarse con manos wayúu en un sinnúmero de objetos tejidos de singular belleza y funcionalidad, elaborados en diversidad de técnicas, formas y colores. Anteriormente los wayúu se valían de materiales naturales de su medio ambiente para elaborar y tinturar los hilos de sus tejidos; esta antigua transformación ha sido reemplazada por las materias primas procesadas industrialmente, en especial finos hilos de algodón mercerizado, hilazas y fibras acrílicas en vistosos colores.
Lengua
La lengua hablada por el pueblo wayúu se denomina wayuunaiki. Pertenece a la familia lingüística arawak.Es una lengua aglutinante. Registra seis vocales y 16 consonantes.
Designación
La palabra wayúu es la autodesignación usada por los indígenas, y significa persona en general, indígena de la propia etnia, aliado y también la pareja (mi esposo o mi esposa). Se opone al término "arijuna", persona extraña, posible enemigo, conquistador, que no respeta las normas wayúu. Kusina es la denominación para otros indígenas, excepto los Añu, a quienes llaman paraujano.
La designación de los Wayúu como "guajiros" es usada por los no indígenas. La palabra "guajiro" se presta a confusión porque normalmente es usada por los Wayúu para designar a los no indígenas habitantes de la Guajira y en ese caso significa "colono". También se llama "guajiro" en Cuba y las Antillas, a los campesinos, a la población que vive en las zonas rurales y en general a aquel que cultiva la tierra o cuida de las plantaciones agrícolas..
Danza de la Yonna
Comúnmente llamada danza Chichamaya, la Yonna es considerada la manifestación folclórica zuliana más auténtica, pues simboliza el enorme patrimonio cultural albergado por la etnia wayúu, además de mostrar el sincretismo presente en la cultura venezolana al coincidir con la celebración católica de San Bartolomé, el 24 de agosto.
La Yonna es un rito comportamental de múltiples connotaciones simbólicas que mantiene dentro de la cultura guajira tres atributos esenciales: búsqueda del equilibrio social, solidaridad colectiva y relación entre el cosmos y el hombre. Básicamente los wayúu se reencuentran a través de este baile que consolida y perpetúa sus tradiciones.
El kasha o caja, único instrumento utilizado en esta celebración, imita los diferentes sonidos del mundo wayúu; con su toque se inicia la celebración. En la parte superior se sostiene con aros de madera cardón. Las baquetas llamadas Shieera kasha están labradas en madera de curarire en forma de pene o de cabeza de serpiente.
El kasha va apurando el ritmo para atraer a los wayúu, quienes buscando olvidar los momentos difíciles y fortalecer los vínculos de solidaridad van a la celebración.
Este termino se deriva del verbo ayunnaja que significa danza; para este baile previamente, se limpia una extensión de terreno, que será el Pioui, círculo que describe los aros del espacio terráqueo y los círculos lunares.
En ese espacio tendrá lugar la Yonna o Yonnakat durante una o varias noches, durante la danza el hombre da vuelta para atrás representando el viento y la mujer va hacia delante representando la fuerza y tratando de perseguir al parejo hasta derribarlo; el baile es muy decente, propio de la gente de bien.
A él concurren hombres y mujeres aún de humilde cuna, aunque no deja de haber sus distinguidos entre las parejas según su alcurnia, pero es muy señalada la jerarquía.. Es un baile en honor a la luna kashí.
Esta danza plantea una verdadera lucha entre el hombre y la mujer. En ella se caracteriza toda evidencia a la pareja guajira, a la poligamia: múltiples mujeres se suceden para atacar y abatir a los hombres, único y no relevable. Pero más allá de esta representación, esta danza encierra una significación simbólica más profunda.
 El baile o danza de la Yonna comienza cuando un indígena toca la caja o tambor apenas anochece o a la hora prefijada para el baile; luego se percibe el sonido de la caja. Los indígenas de contorno se dan prisa para asistir al festival, las muchachas y aun las casadas se aderezan hasta quedar bien majas, se proveen un pañuelo muy grande que casi les arrastra, se colocan unas mantas muy elegantes y vistosas, el varón se coloca su casquete con penachos de pluma en la cabeza (carracte), se pone su manta que se retuerce en la cintura y van llegando uno a uno guiados por el sonido de las tamboras, pues sólo éste es ya como la tarjeta de invitación a la fiesta, a todo el que quiera asistir a ella. Los dueños del baile han ido preparando muchas tajadas de carne, chivo, arepas de maíz, chicha mascada y sus buenas garrafas de ron. Entre los civilizados se bebe cerveza y whisky.
A los primeros redobles de la tambora todos presagian desaliento, parece que nadie ha venido con animo de bailar, se toman los hombres los primeros tragos de ron, las mujeres nunca toman y cuando suena la caja con su acompasado provocativo, saltan de repente; uno de los apuestos mozalbetes se despoja de sus cotizas o abarcas que presiona con la mano derecha, se desarruga la manta, se ajusta bien el guayuco y se cala la tequiara o penacho de pluma. Este parejo empieza a dar vueltas al ruedo, como desafiando a una de las asistentes al baile. De repente su propia mujer o una de las bailadoras entra al ruedo, se descalza como lo hizo su parejo, con su manta graciosa que le arrastra y su enorme pañuelo cubriéndole la cabeza, el cual desliza por su espalda hasta tocarle los talones, aprisionada por los lados a la altura de la cintura la manta y el pañuelo, caminando como a un metro de distancia, dándole vueltas al cerco al compás de la caja.
Cuando ambos han dado una vuelta entera al redondel a la intemperie e iluminado por las lámparas de gasolina o petróleo o por una fogata, de repente el indígena lanza un grito, alza la mano derecha en la que lleva la cotiza y comienza a dar carreritas mirando de un lado al otro a una prudente distancia de su pareja y sin tocarla. Tan pronto el varón lanza el grito, ella, como haciendo reverencia al público, da una vuelta en el mismo sitio y meneando su pie ágil, graciosa y rápidamente corre tras él a pisarle el pie para tumbarlo; el éxito de la mujer está más que en su elegancia, en su maestría en tirar a tierra a su parejo, pero sin empujarlo, en cambio la destreza y arte del varón consiste en no dejarse tumbar de ahí, porque cuando ella logra acorralarlo y tumbarlo todos los presentes exaltan la emoción con aplausos para la mujer y en sátira para el caído; por lo tanto, la caja sigue su ritmo acelerado y electrizante, cuando la destreza del galán logra burlar la astucia y tenacidad de la bailadora, él como engreído de su tiempo grita “tráeme a tu hermana menor”.
            La danza se ejecuta por parejas, primero sale el hombre, da media vuelta a la izquierda o a la derecha e invita a la mujer lanzando una exclamación: “¡wasei!¡pusaja!¡mirroua!”; ella, con un giro completo, acepta y así se inicia el baile.
Se le considera una danza libre; sin embargo, sí está constituida por ciertas secuencias que son marcadas por el tamborero: Skua kaarai o karaikuya (los pasos del alcaraván), Shi chirai´ra Majayülü (movimiento de los senos de la señorita), Sukua Patajuwa (pasos de cataneja) y Jayamulerüyaa (hacer como las moscas, única parte donde varias mujeres bailan alrededor de un solo hombre).
A lo largo del baile la mujer persigue al hombre al son del tambor. Ella va abriendo la manta con ambas manos y él se desplaza hacia atrás con largos pasos evitando caerse. Finalmente cuando ya no puede más, cae e inmediatamente ambos son reemplazados por otra pareja. Si el hombre abandona el baile por cansancio, sin ser tumbado, es felicitado por los otros varones y a la mujer se le reconoce su elegancia.
Para la Yonna, las mujeres utilizan trajes especiales y coloridos llamados Ashein o mantas en español y un pañuelo de colores. Este atuendo va acompañado de collares, pulseras de oro y aretes que se colocan en los tobillos para que suenen al bailar. El traje del hombre se llama She´i o wayuco y es un taparrabo tejido y amarrado por un lado con borlas de hilos llamativos en el centro. En la cabeza lleva un Karatse (aro tejido de paja) con borlas de lana de muchos colores y un penacho de plumas de pavo real o de gallo fino.
Cabe anotar, que para este baile ambos van maquillados según el motivo de la celebración.
TRADICIÓN
La Yonna es sin ninguna duda la manifestación colectiva más popular en la actualidad y la más practicada. Los pretextos para organizar una Yonna son numerosos; se celebran en acontecimientos tales como matrimonio, el comienzo o fin del período de la relación de una muchacha, los éxitos económicos entre ellos, como testimonio de estimación durante las visitas más importantes, se presenta frecuentemente a los chamanes, exigidas, dicen ellos, por los espíritus como condición del retorno del alma y la completa curación de los enfermos, la recolección del grano, la abundancia de la cosecha, agradecimiento a Maleiwa, el creador, y también para que las siguientes cosechas sean iguales o mejores; para presentar a las jóvenes majayur en sociedad, luego del encierro; y por alguna revelación a través de los sueños, se le agradece a Seyúu, espíritu protector.
También evita infortunios, enfermedades y muertes. La Yonna se considera una vía para mantener la armonía entre los wayúu. A la hora de llevar a cabo la Yonna, se sacrifican chivos, ovejos y ganado vacuno para que los asistentes y el seyúu queden satisfechos. Los wayúu constituyen una de las etnias más numerosa. Ellos han luchado contra la transculturización, a través de sus bailes y su música para preservar la personalidad y la tradición del grupo.
La primera vez que una Wayúu baila yonna
La Yonna, está envuelto por un misterioso poder que nos permite engrandecer los valores femeninos al mismo tiempo que concede privilegios que en otras circunstancias serían difícilmente reconocidos.
La primera vez que una Wayúu baila yonna es cuando se encuentra lista para enfrentar la vida. Las niñas, al llegar a la pubertad, se ven enfrentadas no solo a los cambios físicos sino también mentales y deben asumir las responsabilidades espirituales durante un encierro tradicional, en el cual se nos prepara para desafiar nuestra existencia en el universo.
El tiempo del Sutapaulu o encierro, es establecido en la actualidad por la madre, pero anteriormente, después de ser rasurada totalmente, la niña que entraba al rancho salía tres y hasta cinco años mas tarde, convertida en una hermosa majayura, con largos y brillantes cabellos, totalmente instruida no solo en los oficios en los que ha sido educada para sostenerse en la vida, sino también dispuesta para los trabajos que le permitirán desempeñarse con total libertad en las labores domésticas, familiares y conyugales.
Durante este período de aislamiento las Wayúu aprenden a hilar y a tejer chinchorros, mochilas hamacas, y algunos accesorios. Estas labores y responsabilidades son transmitidas por su madre, o por la abuela y tías, siempre por línea materna y son ellas quienes le hacen regalos especiales para que obtengan la destreza particular de cualquier walekerü o araña tejedora. Una kanaspi o pulsera elaborada con hilos multicolores y finos palitos, simboliza que la mujer que la lleva puesta es muy ágil para estos oficios y no sufrirá nunca de flojera.
Cuando se acerca la fecha de salir del extraordinario recogimiento sus tías les enseñan también a yonjestain o bailar para que puedan demostrar en la ceremonia de celebración, que una mujer con pasos entrecruzados y firmes, puede dominar cualquier instinto de los hombres. Se les compran telas muy vistosas con colores muy vivos para elaborar mantas que serán acompañadas de hermosos y lujosos accesorios, los cuales deben ser nuevos para atraer la buena suerte y colocados en el cuello, las muñecas y los tobillos. Además, también se les prepara con baños y ungüentos que les harán lucir bellas y poderosas.
La salida del encierro es entonces un acontecimiento familiar y hasta podríamos mencionar que es una gran celebración comunitaria en la que una nueva majayura es presentada ante la sociedad Wayúu para que pueda ser pretendida en matrimonio. Y es cuando se ofrece una gran fiesta para muchos invitados, mujeres y hombres de otras rancherías y clanes que comerán, beberán y bailaran a ritmo de kasha o tambor toda la noche.
Al salir a bailar, se forma un gran círculo con los invitados y dueños de la ranchería, el hombre que quiere bailar, comienza retando a las mujeres gritándoles “Jutzaaaaa……”, y la mujer que acepte el reto, empezará a perseguir al hombre entrecruzando los pies con paso lento pero firme. El hombre debe moverse siempre bailando hacia atrás sin levantar los pies del piso, pero al mismo tiempo debe demostrar que aunque esta en desventaja es todo un varón. La mujer, por el contrario, demuestra primero su poder femenino, su pureza, su control y sensualidad, además del rango social, e inicia la interpretación de los pasos mas elementales como: SAMUTKUYA: Paso del gallinazo, MUSHALEKUAYA: Paso del Caricia, JAYUMULERKUAYA: Paso de la mosca, KARAYKUAYA: Paso del aclaraván, CHOCOKUAYA: Paso del trompo, JEYUKUAYA : Paso de la hormiga; para su ejecución se necesita que el parejo sea un muchacho pequeño para que cuando se caiga lo levanten y carguen así como la hormiga carga un terrón, PETKUAYA: Paso de la perdiz; ANUWANAKUAYA: Paso del rey del gallinazo, WAINPIRUAIKUAYA: Paso del pauralata, WAWACHIKUAYA: Paso de la torta.

Elementos usados en la Yonna o Chichamaya

La kasha: tambora
La casera: los palitos con que se toca la tambora
Pioui: circulo para danzar
Kialoja: pañolón largo
Karastsw: penacho de plumas
Paluse: pintura facial rojo mantos de colores vivos.

Pasos de la Yonna o Chichamaya

Paso de la mosca
Paso de la hormiga
Paso de la mujer traviesa
Paso del trompo
Paso del alcaraván
Paso de la tórtola.

Motivos de celebración de la Yonna

Cuando se presenta una majayura (señorita)
Cuando se agradece la fertilidad
Cuando se marcan los animales
Cuando la graduación de un outs
Por enfermedad.

Poema “En Tierras de Cenizas”
H. Alexander

En Tierras de Cenizas
En vientos de áridas tierras
ay un hombre que se afianza,
de piel quemada por el sol
con estriadas arrugas como su tierra sin agua,
pastoreo de la nada
cuida su vida antigua,
sus antecesores son la sangre,
que mezclada con petróleo
son riquezas y tesoro
de mi Maracaibo querida
Entretejen de colores
etnia de raza guajira
en su cara, en su ropaje;
en su durmienda y en sus bolsos
dándole vida al lugar
y cuando van a pastorear
surgen sus cantos floridos
que entonan a su cotidiano día
para ofrendar a quienes moraron en la antigua
esas tierras de cenizas
Ardes Wayuu en tu tierra
de ancestros y de leyendas
de colores matizados
de vida alegre en lo amargo
de tradición, cultura e historia
que caminas en la gloria de tus pasos
que cantas llorando
de bailes danzados descalzo
con leyes y gobierno de los que infunden respeto
pero aún así son olvidados
“En Tierras de Cenizas”
 

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